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sábado, 29 de marzo de 2008

Pinceladas del IV Sudamericano Sub 20 (V)

Por M.N. Guillermo Carvalho

La reciente realización en nuestra capital del Torneo Sudamericano de Ajedrez para menores de 21 años, tanto en la rama absoluta como en la femenina, ha sido sin duda un acontecimiento ajedrecístico de características históricas.

Es una pena que no veamos con más frecuencia este tipo de torneos en nuestro país. El hecho de que se haya disputado aquí es una alegría, pero no por ello debemos olvidar que tenemos una gran escasez de eventos internacionales en nuestras tierras. Siempre existe la esperanza de que esto se revierta lentamente, y veo muy bien los muchos pasos que se han dado últimamente en este sentido.

Debo no menos que elogiar el trabajo realizado por todos los organizadores y colaboradores, que aun sin conocerlo al detalle en esta ocasión, imagino que debe haber sido muy complejo, y que ha requerido de mucho esfuerzo como para concretar el torneo en las condiciones que el mismo reclamaba. Vayan mis felicitaciones a todos los involucrados en la organización y éxito del mismo.

Con respecto a la actuación de nuestros jóvenes quiero hacer algunos comentarios con el mejor afán de construir y mejorar. Tuve la oportunidad de asistir a varias rondas del evento, y debo confesar que disfruté mucho viendo a nuestros chicos competir con la oportunidad de vivir una experiencia como esta en nuestro propio suelo. Algunos faltaron a la cita, por motivos que desconozco, y creo personalmente que con el tiempo sentirán cierto arrepentimiento al respecto porque una oportunidad como esta no se presenta a menudo.

Voy a ser muy sincero y frío con algunas de mis apreciaciones. Todos tenemos nuestro corazoncito, pero en la "previa" no teníamos oportunidad alguna de llegar a los puestos de privilegio. Creo que salvo nuestra representante femenina, Camila Colombo, el ajedrez que practicamos aún, en esta categoría, está lejos del que se requiere para emerger con éxito en ella. Claro, alguien me podrá citar algún resultado puntual. Entiéndase bien, en el ajedrez se requiere de constancia en ese tipo de resultados, para poder pelear por los primeros puestos. Los resultados aislados son justamente resultados aislados. En el año 2000 tuve el honor y el placer de integrar nuestro Equipo Nacional en el Panamericano de Mérida (Venezuela). En rondas consecutivas entablé con dos GMs, de negras. ¿Quiere decir esto que yo estaba a su nivel?... ¡Ni por asomo! La tabla de posiciones habla por sí misma.

No se enojen conmigo. Durante el evento, estuve presente en muchas ocasiones en la sala de análisis y pude observar los post-mortem de las partidas de muchos de nuestros jóvenes. A varios de ellos los conozco por su participación en el Programa de Jóvenes Talentos que lleva adelante la FUA con la colaboración de un Equipo Técnico multidisciplinario que tengo el gusto de integrar. Varios de ellos han destacado en torneos nacionales y en algún torneo internacional.

Vuelvo a repetir, la tabla de posiciones habla por sí misma, pero quiero comentar un par de cosas que merecen destacarse. Tenemos que trabajar enormemente en las aperturas. Parece obvio, ¿no? Todos los jóvenes me van a decir que estudian aperturas. Claro, ¿quién no lo hace? Pero, ¿alguien me puede explicar cómo es que podemos toparnos con situaciones tan tempranas en las partidas donde no sabemos qué hacer? ...

Ya la respuesta no es tan fácil.

Ahí tenemos un reto. He observado también que muchos chicos no pueden reproducir la partida 10 minutos después de haberla concluido. Este es un problema, no por la partida misma, sino porque denota que aún necesitamos desarrollar cualidades básicas sin las cuales, me atrevo a decir, no tenemos posibilidad alguna en este tipo de eventos. No conozco un solo jugador de gran fuerza que no recuerde sus partidas durante largo, largo tiempo. Esta cualidad que puede parecer casi mágica a quienes no compiten a alto nivel, no debería ser una dificultad para casi ningún jugador de competición elevada.

Entiéndase que aquí estamos hablando de competición de alto nivel. Requerir esto a nivel lúdico sería un despropósito, pero aquí no estamos hablando de eso. Ahí creo que tenemos otro reto. Creo que está muy bien estimular a los más jóvenes, felicitándolos por sus logros, pero tenemos que tener cuidado de no caer en el abuso de este método, cuando sabemos que se van a enfrentar a una oposición como la que aquí tuvimos. Si me piden una analogía, basada en mi experiencia, de lo que cuesta ganar un punto en un torneo internacional, diría que a veces uno tiene la sensación de que tiene que atravesar una pared con una cucharita de plástico.

Seamos realistas, porque si todos no sabemos ni estamos conscientes de que cuando competimos a este nivel, tenemos que tener un conjunto de cualidades bien claras, para soñar con algún éxito, no vamos a conseguir desarrollar esas cualidades.

El ajedrez parece ser muy beneficioso para los jóvenes en muchos aspectos. También lo es el deporte físico en general. Ahora, todos tenemos claro que no es lo mismo competir en la liga del barrio, o jugar el domingo con los amigos, que jugar un Campeonato Uruguayo, o pelear en un Sudamericano de cualquier cosa. ¿Lo tenemos claro?

He visto muchos errores recurrentes. Temo que no se están analizando las partidas propias en la forma adecuada. Quien diga por estas tierras que analiza sus partidas y se atreva a decir que lo hace muy bien, me despierta sospechas. Me incluyo. Cada día se aprende algo nuevo al respecto. Se descubren cosas nuevas sobre partidas analizadas con anterioridad. El análisis de las mismas nos ayuda a afinar la apertura, a conectarla con el medio juego, a sopesar nuestras elecciones. Nos permite registrar nuestros procesos de decisión y poder cuestionarlos, con ayuda de entrenadores o maestros, y corregirlos o ajustarlos para futuras ocasiones. Esto no solo incluye las jugadas, sino las demoras, los temores, los riesgos asumidos, todas las decisiones tomadas. Es, según entiendo, el trabajo más importante de todos.

También observé algunos problemas de preparación. Si pensamos en la apertura como un árbol, muchos ajedrecistas conocen algunas ramas, casi hasta las nubes, y en otras, la deuda queda en las raíces. Si me apuran la respuesta, diría que si bien muchos hablamos de la confección de un repertorio de aperturas, entendiendo por éste el análisis del árbol de juego desde una posición dada, con cierta profundidad, la mayoría de nosotros no se ha tomado ese trabajo, o no lo ha hecho correctamente. Ahí voy a algo que creo que decía Confucio: si quieres salir, tienes que pasar por la puerta.

Hay que hacer, lo que hay que hacer. Es arduo, y sí.

El único lugar más o menos conocido donde el éxito está antes que el trabajo es en el diccionario en castellano. La tarea la debe realizar cada jugador. Nadie puede hacerla por él, ni trasferírsela oralmente, ni por osmosis, ni por el puerto USB, ni por SMS. Que se han hecho progresos, sin duda. Enormes progresos. Todos los jóvenes integrantes del programa y varios otros que no están en el mismo han mejorado mucho. Eso no significa que no quede mucho más por hacer, si se desea tener éxito en este tipo de eventos.

Hoy jugamos en estos torneos sin nada que perder, porque sabemos que no tenemos demasiadas posibilidades. Sueño con el momento en que podamos llegar a jugarlos con la enorme responsabilidad de demostrar que estamos entre los mejores, pero ese momento todavía lo tenemos lejos.

Tengo un gran aprecio por los jóvenes ajedrecistas de nuestro país. Me veo en ellos cuando tenía su edad, y visto a la distancia, me hubiese gustado que alguien me dijera estas cosas, y muchas otras, claramente, con sinceridad, con afán de corregirlas, y con la mejor “buena onda” que pueden tener palabras firmes y sinceras.

Puedo estar equivocado, pero si no vuelco mis ideas respecto de estos temas al proceso de discusión, siento que estaría en falta. No hay ningún secreto: si queremos tener éxito al competir, tenemos que prepararnos para competir y asumir el reto que esto significa.

6 comentarios:

Horacio Arévalo dijo...

Claro como el agua.
Adhiero letra por letra.

Anónimo dijo...

Estimado Pepe,

Me encantó la forma que dices estas verdades, que si los muchachos lo leen van a tener idea de qué se trata la competición en ajedrez. Tienen que entender que entrenar no es jugar partidas.

Un fuerte abrazo
Oscar Kimelman

Anónimo dijo...

Guillermo, me parece muy claro tu parecer y "ajedrecísticamente" puede ser muy compartible, pero...yo siempre me hago esta pregunta ¿estamos ayudando realmente a un joven si lo inducimos a profundizar en el estudio del ajedrez con lo que ésto supone para su vida en este país? ¿no será mejor que jueguen lúdicamente, que hagan amigos y cuando sean adultos y hayan organizado sus vidas vuelvan a continuar con esta pasión? Disculpen mi comentario poco profesional, pero la vida se juega en varios tableros como todos sabemos.

Un fuerte abrazo
Gustavo Sancristóbal

Anónimo dijo...

He leído con mucho cuidado los conceptos vertidos por el MN Guillermo Carvalho sobre nuestros Sub-20 y el torneo Sudamericano que se jugó en nuestra ciudad.

Estoy completamente de acuerdo con lo expresado en esa crónica. Debería mencionar además que son muy negativos los elogios desmedidos que se prodigan, a diestra y siniestra, sobre nuestros juveniles y su futuro ajedrecístico, los cuales, con certeza, no agregan nada en la mejora de su nivel de juego. La reproducción de las partidas del torneo de referencia confirma plenamente esto.

Héctor Silva Nazzari

JGC dijo...

Gustavo San Cristóbal preguntó:

"¿estamos ayudando realmente a un joven si lo inducimos a profundizar en el estudio del ajedrez con lo que esto supone para su vida en este país?"

En mi opinión, sí lo estamos ayudando.

Profundizar en el estudio del ajedrez no es incompatible con el estudio (o el trabajo) en otras áreas. Quizá, sí haya que luchar en este país por lograr un sano equilibrio entre el estudio del ajedrez y las otras actividades.

A modo de ejemplo, recuerdo cuando Alvarito Guerrero, allá por los comienzos de los 90, con desbordante entusiasmo recibía un cursillo sobre el Peón Aislado que le había preparado para tal fin (al que ¡oh casualidad!... también asistía Guillermo Carvalho). Ni que decir que ese mismo entusiasmo lo tenía el mismo Alvarito para convencerme de las bondades de los nuevos lenguajes que empezaban a ponerse de moda por aquel entonces, relativos a la programación orientada a objetos.

En una palabra, la "poligamia intelectual" es posible y tener más de una pasión hasta sea aconsejable, en cualquier momento de la vida. Enamorarse y profundizar en más de una disciplina de conocimientos es entretenido y disfrutable. El truco está en saber cómo armonizar nuestros intereses y lograr el sano equilibrio entre las partes.

Pero, como en la mayoría de las cosas, esto es opinable y debatible.

Saludos, Julio GC

Mezquinho dijo...

"¿estamos ayudando realmente a un joven si lo inducimos a profundizar en el estudio del ajedrez con lo que esto supone para su vida en este país?"

El planteamiento aplica a quienes tomaron la decision de competir en torneos de alto vuelo, representando al pais. Creo que quien solo desee jugar "ludicamente", no tiene ni que participar en programas de entrenamiento oficiales, ni ocupar puestos de representacion nacional.
Ambas cosas se contradicen intrinsecamente, porque un torneo como un sudamericano sub-20, es cualquier cosa, menos ludico.Quien desee llegar a este nivel, debera, como hemos hecho muchos compatibilizar su evolucion profesional extra ajedrecistica, con el ajedrez, o como han hecho muy pocos, poquisimos, buscar el camino dentro del ajedrez mismo.

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