Por C.G. (gran impulsora del ajedrez nacional)Se sigue hablando del Sudamericano. Y se va a seguir durante mucho tiempo, ya que desde el Panamericano Juvenil de 1979 no se organizaba un evento tan importante en nuestro país.
Muchas cosas también se dijeron sobre el nivel de juego y todo lo que nos falta, aunque a mi, personalmente, siempre me gusta ver las cosas desde otro lado: todo lo que hemos conseguido.
No es fácil después de tantos años celebrar en nuestro país un torneo de estas características, y salió bien. En un entorno como el que sólo puede otorgar el Club Español, adornado con pinturas y dibujos de Víctor Rodríguez Farías sobre temas ajedrecísticos, se reunieron 58 ajedrecistas de nueve países diferentes. Un récord para este tipo de eventos y un reto para los organizadores. Y se consiguió, y desde páginas de otros países se alabó la organización, y se demostró que si se quiere, se puede.
Si bien es cierto que nuestros jugadores no se destacaron, tampoco se debe olvidar que hace muy poco tiempo se comenzó a trabajar seriamente a nivel juvenil. Como se dice, estamos sembrando, con los campamentos, a nivel de clubes, con gente que muchas veces no se ve pero que pone mucho de sí, con horas de trabajo desinteresado con un único fin común. Los resultados van a llegar, lo importante es encontrar el camino.
Desde un costado, una mesa en la que alguna vez jugaron Lasker y Capablanca miraba el torneo.
Ojalá, esto no quede acá y se siga trabajando, para devolver a nuestro ajedrez todo el brillo que tuvo en otros tiempos.
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